El artista japonés Kumi Sugaï fue muy activo en Francia en los años 50. Alumno de la Escuela de Bellas Artes de Osaka, el pintor aprendió tanto las técnicas pictóricas occidentales como la caligrafía tradicional. En 1952, Sugaï se instala en Francia, donde sus obras suscitan interés. En la capital francesa y en otras ciudades del mundo, participa al año siguiente en diversos salones.

Su primera exposición individual tiene lugar en 1954, en París. A partir de este momento, el artista participará en numerosas exposiciones por todo el mundo. Su estilo irá evolucionando para cambiar de forma radical en 1960, adoptando las posibilidades de una abstracción geométrica. En su obra se repiten las combinaciones de formas trazadas con regla y de colores variopintos aplicados sin relieve.